Los seres humanos necesitan la certeza y la confirmación de que sus acciones, encaminadas a lograr un objetivo, son las correctas y que valen la pena. La retroalimentación positiva reafirma conocimientos y mejora el rendimiento de la gente, haciendo que los procesos sean mucho más efectivos pues impacta directamente sobre la autoestima.
Estamos diseñados para ser entes sociales; por ello, desde temprana edad, forjamos el sentido de pertenencia hacia un grupo o comunidad: familia, amigos, trabajo, etcétera. Y el sentirnos útiles y que nuestros actos van encaminados a reforzar la relación con ese conjunto personas con las que tenemos algo en común nos genera una sensación de bienestar con nosotros mismos.
El servicio, pagado o voluntario, y saber que le hacemos un bien a los demás es una de las mayores plenitudes en la vida; sin embargo, necesitamos reafirmar a través de los otros que nuestras acciones tienen un sentido. Ahí es donde cobra importancia el feedback en diversas áreas en las que estamos involucrados.
La retroalimentación positiva debería ser constructiva también. Lo vemos en talleres de creación literaria. No basta con decirle al otro “me gustó mucho tu texto”, sino que podemos resaltar, primero, las áreas fuertes del escrito y luego quizá hacerle ver las oportunidades de mejoras, pero a partir de las virtudes que se manifiestan en sus letras.
Por ejemplo, en la educación. Esto te puede servir mucho si eres docente. Los estudiantes necesitan sentirse valorados y que esto los ayude a mantener el entusiasmo por aprender. Se puede fortalecer su confianza resaltando sus metas, dándole importancia a sus descubrimientos a través del razonamiento y la interacción, para que se den cuenta de que son capaces de lograr objetivos y vencer retos de forma creativa.
En el trabajo, claro, un sueldo digno y con un perfil definido son ideales, y muchos lo concebimos como la motivación más importante en el campo laboral. Sin embargo, reconocerles sus logros a nuestros colaboradores los hace sentirse más comprometidos y se vuelven más productivos, porque se sienten valorados y tomados en cuenta.
Lo anterior tiene una consecuencia natural, que es la de mejorar un ambiente más colaborativo y sinérgico que, como afirma Stephen Covey, el arte de nosotros es crucial para lograr objetivos con un equipo de trabajo porque, al final, todos vamos a ganar.
Y lo más importante, la vida personal. Una forma maravillosa de fomentar la empatía con la gente que nos rodea es reconocer sus esfuerzos, pequeños logros y avances en sus áreas de oportunidad, fortaleciendo así el amor propio y los lazos fraternales entre las personas.
¡Una última anotación! Si por alguna razón necesitas dar una retroalimentación constructiva como reprimenda, no destaques lo negativo. Primero, enaltece cualidades y logros, y luego, en privado, marca áreas de oportunidad. Cultiva la comunicación asertiva y haz fuertes a los que te rodean.